viernes, 7 de agosto de 2009

¿GRAHAM BELL O ELISHA GRAY?




¡NO ABRAS LA BOCA HASTA QUE PATENTES TU INVENTO!




Alexander Graham Bell pasó a la historia como inventor del teléfono. El señor Bell tenía una esposa sordomuda y quería que ella pudiera oír algún sonido, así que se dedicó con pasión a su tarea. Lo que mucha gente ignora es que Elisha Gray había concebido un modelo casi idéntico, pero se le hizo un poquito tarde... Ese 14 de febrero de 1876, Gray llegó dos horas después que Bell a la oficina de patentes. El señor Bell había transmitido la primera frase telefónica de la historia: "Mister Watson, venga". Y con esas sencillas palabras, le ganó la carrera al señor Gray. Después de muchos alegatos, los tribunales de justicia le concedieron la paternidad del invento a Alexander Graham Bell... ¡por una cuestión de horas!


"Los oficios de la imaginación" Yolanda Reyes.Bogotá, agosto 2005. UNESCO

LA GALAXIA QUE INVENTÓ GUTENBERG







La imprenta comprueba cómo un invento

puede cambiar la cara visible e invisible del mundo
La posibilidad de multiplicar los libros

nos transformó la forma de pensar y de comunicarnos.

Un investigador canadiense de nuestra época llamado Marshall McLuhan, que estudió nuestros modernos lenguajes audiovisuales, bautizó todos esos siglos que siguieron a la invención de la imprenta como "la galaxia Gutenberg", para referirse a una civilización que puede conversar desde lejos, a través de la lectura.


JOHANNES GUTENBERG


Johannes Gensfleisch zur Laden , nombre verdadero de Johannes Gutenberg, nació en la ciudad de Maguncia ( ¿y esa ciudad a qué país pertenece?), aproximadamente en 394. Desde 1434 comenzó a inventar su imprenta y en 1455 completó su primera obra: La Biblia "de 42 líneas". La impresión de la Biblia de Gutenberg tomó tres años. Se imprimieron 120 ejemplares en papel y 20 en pergamino, de los que se conservan 33 y 13, respectivamente. Cada uno de esos ejemplares fue decorado manualmente. Para conseguir un ajuste del texto lo más equilibrado posible y con alineación de márgenes, Gutenberg encargó 290 tipos o letras para la Biblia y, por lo general, cada columna tenía 42 líneas. Ninguna impresión posterior ha superado jamás la calidad tipográfica de ésta. Los compradores de una Biblia de Gutenberg no recibían libros idénticos, pues los tomos se embellecían cada vez de un modo diferente.

"Los oficios de la imaginación"Yolanda Reyes. Bogotá, agosto de 2005